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TRANSICIÓN HÍDRICA JUSTA EN ACONCAGUA

Día Mundial de la lucha contra la sequía y desertificación

Esta cuenca tiene el gran desafío de: “generar y recuperar las confianzas entre los diversos usuarios de agua que se encuentran desde la cordillera hasta el mar”, indispensable para avanzar, colaborativamente hacia una gobernanza sostenible, es decir, hacia una transición hídrica justa, que es lo que se espera para todas las cuencas de Chile. Donde estén presentes las diferentes secciones de riego, con sus organizaciones, asociaciones, sanitaria, minería, hidroeléctricas, Apr, comunidades de agua, entre otros, es decir, todos quienes hacen uso, reparto y el cuidado del agua, que es vida; alimento y trabajo para toda la región.

Para recuperar esa necesaria confianza es fundamental transparentar todos los datos e historia de la cuenca del Aconcagua, entender que es diversa en clima, temperatura, cultivos, tecnología, población… en sus cinco secciones de riego; saber que cada una de éstas tiene sus propias fuentes de agua superficial y subterránea y que éstas le dieron origen a cada una; que no es lo mismo estar en la cordillera, en el medio o en la costa; que el acceso al agua es diversa, dependiendo de su ubicación y que cada zona o sección tiene sus pro y sus contras, los que deben ser reconocidos y respetados por los demás.

Cuando esta cuenca logre mirarse a los ojos, con los datos irrefutables sobre la mesa, podrá tomar decisiones imparciales donde no se abuse de unos para beneficiar a otros y se trabaje por el equilibrio ecosistémico, productivo y humano, con proporción y equidad, logrando así avanzar en las diversas soluciones de fondo a lo largo de la cuenca, por ejemplo, en la anhelada reutilización de las aguas tratadas que se vierten al mar; en lograr hacer recircular aguas; reservar en los periodos de deshielos; unir canales para protegerlos de la destrucción de los aluviones y sedimento; evitar pérdidas en la conducción del agua; asegurar el avance del agua y que llegue al final a todos los territorios; desalinizar adecuadamente para  devolverle agua al río, tecnificar el riego; avanzar en soluciones colaborativas de reúso, innovadoras, estructurales y verdes, con el fin de preservar a toda la cuenca.

https://losandesonline.cl/noticias/52960/transicion-hidrica-justa-en-aconcagua.html

Javier Crasemann A.

Primera Sección río Aconcagua

 

 

 

 

 

MEDIDA DE LA DGA PREMIA SOBREOTORGAMIENTO DE DERECHOS DE LA SEGUNDA SECCIÓN DE ACONCAGUA

Históricamente, los derechos se han otorgado bajo una fórmula que otorga el agua necesaria para regar hectáreas: siempre bajo la lógica de que 1,2 l/s era suficiente para regar una hectárea. Sin embargo, la Segunda sección constituyó sus derechos bajo una fórmula alternativa, basada en la cabida nominal de los canales. Con esto, ensanchando los canales, logró inscribir derechos: que no se ajustan a la disponibilidad real del recurso: inscribieron 39,4 metros cúbicos por segundo, el 2013, cuando ya estábamos en sequía. Para que se hagan una idea, la Primera sección tiene acciones por 25,4 metros cúbicos, y la tercera por 22,9 metros cúbicos. Si el río estaba agotado ¿cómo era posible inscribir derechos por un 55% más de agua que la primera sección? ¿Los esteros y afloramientos eran suficientes para inscribir tamaña cantidad de derechos? Claramente no. Y, que, no se ajustan a la superficie que servían: en 1996 la segunda sección regaba 14.000 hectáreas, de las cuáles 9.000 eran regadas con aguas superficiales. Resulta, sin embargo, que los 39,4 metros cúbicos, bajo la lógica de 1,2l/s por hectárea, sirven para regar 35.800 ha, superficie que está lejísimo de la realidad actual. Si consideramos la realidad de las superficies actualmente regadas, los derechos de la primera y tercera sección otorgan entre 1,1 y 1,3 l/s/ha., mientras los de la segunda otorgan 2,8 l/s/ha. Es decir, MÁS DEL DOBLE.