INVERSIONES POR $22 MIL MILLONES BUSCAN MEJORAR ACCESO AL AGUA DE 110 MIL PERSONAS
- Esta cuenca de la región de Valparaíso es una de las más afectadas por la sequía. Niveles del río están a un 20% de su promedio histórico
Por Magdalena Arce, Diario Financiero.
La cuenca del río Aconcagua es una de las que más de ha visto afectada con la megasequía que enfrenta el país desde hace 11 años, El caudal está a 20% de su capacidad histórica y las autoridades están implementando un plan de inversiones a nivel regional desde hace dos años, para intentar sobrellevar la disponibilidad del recurso hídrico en zonas rurales.
El foco ha estado puesto sobre los sistemas de agua potable rural, APR, que permiten dar cobertura de agua potable en zonas rurales, donde no está presente la empresa sanitaria de la región.
Actualmente, existen 232 de estos sistemas en el lugar, donde 137 de éstos tienen algún grado de afectación, equivalente a más de 100 mil personas. De estos, 70 fueron construidos por el Ministerio de Obras Públicas, a través del Plan Aconcagua, la autoridad está inyectando $22.300 millones para mejorarlos, declaró ante el Congreso el ministro Alfredo Moreno.
Desde 2017, los recursos destinados a los sistemas de agua potable han tenido un incremento de un 40% y este año se espera que llegue a los $135 mil millones.
A la fecha, de los sistemas MOP que hay en la región de Valparaíso, 30 están con obras terminadas, en ejecución o licitación (benefician a 38.900 personas) y para este año, se tiene programado reparar un total de 53 sistemas más.
El mayor problema es que los 67 restantes fueron construidos por las municipalidades, el Gobierno Regional (GORE) y la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE) por lo que a juicio de Moreno no cuentan con la misma “resiliencia” que los del MOP, que al no llevar un monitoreo constante ha sido más complejo canalizar las deficiencias.
La SUBDERE tiene un plan de mejoras para estos APR de $3.800 millones.
Otra medida que busca aumentar el agua disponible para las zonas rurales afectadas, es la conexión que tendrá Esval al embalse Los Aromos, dado que como parte del acuerdo con el Gobierno, se determinó que anualmente la sanitaria tendrá que aportar 3 millones de metros cúbicos a los APR cercanos.
El gerente general de Esval, Luis Riveros, señaló que el volumen que entregarán equivale al consumo del 25% de los APR de la región y podría beneficiar en el futuro a más de 13. 000 familias.
Juntas de Vigilancia al límite
Los otros lineamientos del plan Aconcagua incluyen los acuerdos de redistribución de aguas con las Juntas de Vigilancia de la primera, segunda y tercera sección del río. La construcción de mayor infraestructura (pozos, recargas de acuíferos, obras de conducción y canalización) y una mayor fiscalización por arte de la Dirección General de Obras Hidráulicas (DOH).
El presidente de la Junta de Vigilancia de la primera sección del rio Aconcagua -que agrupa a agricultores, empresas mineras y sanitarias), Javier Crasemann explica que en 2018 acordamos con las autoridades una mesa técnica permanente, que se reúne semanalmente, para abordar los obstáculos que les plantea la profundización de la sequía.
A su juicio, hasta ahora, se ha enfocado bien la discusión, pero en definitiva falta infraestructura a desarrollar, por ejemplo, bocatomas para encausar el agua y, de esta manera, disminuir las fugas en el trayecto, así como también que la tercera sección del río haga inversiones, más allá de sólo recibir el agua que baja.
En el último convenio -dice- pasaron desde 24 a 36 horas de cierre de compuertas semanales en la temporada crítica (que va desde octubre a abril), pero ese es el límite: “nosotros ya tocamos techo y calculamos que nos veremos afectados entre un 30% a 40% en la zona alta del Valle este año, debido a la sequía”, dice.
La segunda sección, en tanto, llega hasta 38 horas de cierre de compuertas.
Con todo, Crasemann ve que “recién están tomando el peso las autoridades”, pese a que ellos vienen advirtiendo la necesidad de intensificar en inversiones desde hace al menos seis años. Lo que se está ejecutando al día de hoy, -dice-recién verá sus efectos en la cuenca de aquí a unos cinco años más.