ACLARACIÓN PÚBLICA
Ante acusaciones de incumplimiento de parte de la Primera sección del río Aconcagua, hacia la segunda sección, quisiéramos aclarar que no se ha dejado de realizar el turno de las 42 horas, además de 1 a 2 cubos pasantes en San Felipe. Que sumado a la infiltración de 3 cubos -que se producen en la primera, pero quedan a disposición de la segunda- es igual o más de lo solicitado por la Dirección General de Aguas.
A su vez, en estos días de tormentas y grave alud, el promedio pasante de agua fue de 10 m3, encontrándonos con una grave afectación en los canales, obras, por el sedimento, material vegetal y otros. Lo que implicará limpiar y reconstruir en plena temporada, con daños y más pérdidas para la agricultura del Valle.
Sin embargo, debemos reiterar que nosotros cuestionamos la base legal de esta regla de reparto, frente a lo cual estamos solicitando información a la DGA de: cómo fueron otorgados los derechos, sus fuentes y el por qué se dobla la cantidad de agua por hectárea para la segunda sección, en desmedro de las demás.
Consideramos que una legítima regla de reparto debiese basarse en que los derechos de aprovechamiento de agua fueron otorgados con cargo a sus fuentes y no de las demás; que para llegar a una redistribución alícuota debe sumarse toda la disponibilidad del recurso que tiene cada sección. Por lo que solicitamos medir con aforos los afloramientos de la segunda, para transparentar toda su disponibilidad e incluirla en la redistribución. No se puede prorratear hacia río abajo, si no se hace río arriba también.
Y, nos preocupa y solidarizamos con los agricultores pequeños de Catemu y Llay llay que no les envían agua, que se explicaría por una incorrecta redistribución interna en su sección, lo que debiese fiscalizarse completamente, porque es inentendible que tengan zonas secas versus otras con agua. Además debiesen activarse los pozos de la DOH. Enfatizamos que como Primera no tenemos responsabilidad en dichos conflictos.
Esperamos se pueda avanzar en todo lo anterior, para tener una legítima regla de reparto, restableciendo los equilibrios y paz de la cuenca, sobre una base legal, sólida y transparente. Por ahora -y como siempre se ha hecho- se sigue aportando río abajo.