DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN Y SEQUÍA: LA CUENCA DEL ACONCAGUA AFRONTA DESAFÍOS EN LA GESTIÓN HÍDRICA
Valparaíso, 17 de junio de 2024 – En el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y Sequía, la cuenca del río Aconcagua destaca por sus desafíos para alcanzar una gestión sostenible del agua.
En los últimos 15 años, la cuenca ha enfrentado una severa disminución en sus caudales, llegando a reducirse más del 50%. Esta situación obligó por años a acatar medidas extremas como la redistribución de aguas superficiales, lo que, según Javier Crasemann, presidente de la primera sección del río Aconcagua, “ha significado repartir la sequía entre los usuarios, sin abordar el problema de fondo de manera integral”.
Gracias a las precipitaciones del sistema frontal reciente, se logró un incremento significativo en los niveles del Embalse Los Aromos, vital para el abastecimiento humano en la quinta costa. Este hito subraya la importancia de estrategias que aseguren el acceso sostenible al agua potable, mientras se enfrenta la demanda creciente y la variabilidad climática.
“Es esencial distinguir entre el consumo humano y saneamiento de otros usos como piscinas o riego de jardines, donde la legislación aún no establece claras diferencias”, enfatizó Crasemann. “Para garantizar la sostenibilidad, debemos considerar reservorios multipropósitos en la parte alta, media, baja y costera, que permitan gestionar mejor el agua durante períodos de sequía; avanzar en reúsar aguas y generar nuevas fuentes”.
Destacados del Sistema Frontal:
- Parte Alta: La precipitación intensificó la acumulación de nieve en la cordillera, aumentando el caudal en la estación Aconcagua a 20 m³/s. En 24 horas, se registró un ingreso de 1.3 Hm³, esencial para el equilibrio hidrológico.
- Parte Media: En Catemu, las precipitaciones alcanzaron los 120 mm, incrementando el caudal en Romeral hasta 180 m³/s y aportando 11.3 Hm³ en un día. Esto beneficia especialmente a los sectores agrícolas que dependen de riego.
- Partes Baja y Costera: Aunque los caudales aumentan en invierno, el consumo agrícola e industrial mantiene bajos los niveles en la desembocadura. Las recientes lluvias en Quillota combinadas con el aporte de la parte alta han generado caudales de hasta 200 m³/s, con una acumulación de 12.9 Hm³ en 24 horas.