MEDIDA DE LA DGA PREMIA SOBREOTORGAMIENTO DE DERECHOS DE LA SEGUNDA SECCIÓN DE ACONCAGUA

Históricamente, los derechos se han otorgado bajo una fórmula que otorga el agua necesaria para regar hectáreas: siempre bajo la lógica de que 1,2 l/s era suficiente para regar una hectárea. Sin embargo, la Segunda sección constituyó sus derechos bajo una fórmula alternativa, basada en la cabida nominal de los canales. Con esto, ensanchando los canales, logró inscribir derechos: que no se ajustan a la disponibilidad real del recurso: inscribieron 39,4 metros cúbicos por segundo, el 2013, cuando ya estábamos en sequía. Para que se hagan una idea, la Primera sección tiene acciones por 25,4 metros cúbicos, y la tercera por 22,9 metros cúbicos. Si el río estaba agotado ¿cómo era posible inscribir derechos por un 55% más de agua que la primera sección? ¿Los esteros y afloramientos eran suficientes para inscribir tamaña cantidad de derechos? Claramente no. Y, que, no se ajustan a la superficie que servían: en 1996 la segunda sección regaba 14.000 hectáreas, de las cuáles 9.000 eran regadas con aguas superficiales. Resulta, sin embargo, que los 39,4 metros cúbicos, bajo la lógica de 1,2l/s por hectárea, sirven para regar 35.800 ha, superficie que está lejísimo de la realidad actual. Si consideramos la realidad de las superficies actualmente regadas, los derechos de la primera y tercera sección otorgan entre 1,1 y 1,3 l/s/ha., mientras los de la segunda otorgan 2,8 l/s/ha. Es decir, MÁS DEL DOBLE.

INTERVENCIÓN PARCIAL Y DEVASTADORA PARA 30 MIL FAMILIAS DEL VALLDE ACONCAGUA

En junio de 2022, la DGA empezó a intervenir la cuenca del Aconcagua, aplicando la redistribución regulada en el artículo 314 del Código de Aguas. Al hacerlo, aplicando una regla que no se condice ni con la realidad de la cuenca, ni con las exigencias legales, rompió abruptamente el equilibrio existente en la cuenca: la DGA tomó como única fuente disponible el río Aconcagua, y dividió el agua pasante por los derechos constituidos en la cuenca reconociéndole 39,4 mt3 a la segunda sección (y 25,4 m3 a la primera y 22,9 mt3 a la tercera). La fórmula le asignó a la segunda sección el 44% del agua disponible en una fuente sobre la que casi no había constituido derechos. Recordemos que los derechos superficiales de la segunda sección se habían constituido casi exclusivamente sobre otras fuentes. La tercera sección se quedaba con un 25% del agua del Río Aconcagua, aumentando el porcentaje histórico que recibían. Recordemos que la tercera sección tiene más de 3.500 pozos. La primera sección, en cambio, se quedaba con un 28% del agua disponible en el río Aconcagua, siendo que no tiene ninguna otra fuente disponible para extraer agua (no hay otros esteros, ni afloramientos, y el agua subterránea es virtualmente inalcanzable para los pequeños y medianos agricultores). Lo más paradójico de todo, es que en la práctica DGA aplicó solo parcialmente lo instruido por la propia Contraloría, porque en su dictamen ésta también le exigía considerar toda el agua disponible, pero la DGA solo consideró una fuente: el Río Aconcagua, y medida en su cabecera, sin afloramientos del río aguas abajo.

La DGA no incluyó otras fuentes de aguas superficiales, ni tampoco las aguas subterráneas. Resulta que las otras dos secciones se riegan principalmente de otras fuentes, afloramientos y aguas subterráneas. Tan ilógica es la situación, que la DGA reconoce derechos por un total de 91,1 metros cúbicos por segundo, para repartir el agua del río, cuando en su mejor temporada el río tuvo 27 m3 en esta época. Es decir, se aleja absurdamente de la realidad.

ACLARACIÓN PÚBLICA

Ante acusaciones de incumplimiento de parte de la Primera sección del río Aconcagua, hacia la segunda sección, quisiéramos aclarar que no se ha dejado de realizar el turno de las 42 horas, además de 1 a 2 cubos pasantes en San Felipe. Que sumado a la infiltración de 3 cubos -que se producen en la primera, pero quedan a disposición de la segunda-  es igual o más de lo solicitado por la Dirección General de Aguas.

 

A su vez, en estos días de tormentas y grave alud, el promedio pasante de agua fue de 10 m3, encontrándonos con una grave afectación en los canales, obras, por el sedimento, material vegetal y otros. Lo que implicará limpiar y reconstruir en plena temporada, con daños y más pérdidas para la agricultura del Valle.

 

Sin embargo, debemos reiterar que nosotros cuestionamos la base legal de esta regla de reparto, frente a lo cual estamos solicitando información a la DGA de: cómo fueron otorgados los derechos, sus fuentes y el por qué se dobla la cantidad de agua por hectárea para la segunda sección, en desmedro de las demás.

 

Consideramos que una legítima regla de reparto debiese basarse en que los derechos de aprovechamiento de agua  fueron otorgados con cargo a sus fuentes y no de las demás; que para llegar a una redistribución alícuota debe sumarse toda la disponibilidad del recurso que tiene cada sección. Por lo que solicitamos medir con aforos los afloramientos de la segunda, para transparentar toda su disponibilidad e incluirla en la redistribución. No se puede prorratear hacia río abajo, si no se hace río arriba también.

 

Y, nos preocupa y solidarizamos con los agricultores pequeños de Catemu y Llay llay que no les envían agua, que se explicaría por una incorrecta redistribución interna en su sección, lo que debiese fiscalizarse completamente, porque es inentendible que tengan zonas secas versus otras con agua. Además debiesen activarse los pozos de la DOH. Enfatizamos que como Primera no tenemos responsabilidad en dichos conflictos.

 

Esperamos se pueda avanzar en todo lo anterior, para tener una legítima regla de reparto, restableciendo los equilibrios y paz de la cuenca, sobre una base legal, sólida y transparente. Por ahora -y como siempre se ha hecho-  se sigue aportando río abajo.